COMUNICADO: La petición presupuestaria de Trump retrocede en la lucha contra la epidemia del VIH
Solicitud de presupuesto para el año fiscal 26 hecha pública el viernes, propone recortes draconianos en la prevención, atención, alojamiento e investigación del VIH, lo que pondría en peligro décadas de programas eficaces que han dado sistemáticamente resultados sobresalientes al salvar vidas, prevenir nuevos casos de VIH y reducir los costes de la atención sanitaria. Además de proponer drásticas reducciones de financiación, la Administración sugiere que una nueva agencia sanitaria -la Administration for a Healthy America (AHA)- lidere las principales líneas de trabajo sobre el VIH sin proporcionar detalles sobre cómo esta nueva agencia continuará apoyando y ofreciendo el mismo alto nivel de programación del VIH con resultados sobresalientes y valiosos retornos. El Congreso debe rechazar estos recortes devastadores, así como detener los esfuerzos para trasladar las actividades federales del VIH a la mal definida AHA.
Aunque la solicitud completa revela poco más de lo que ya se sabía por el llamado "presupuesto ajustado"del mes pasado, ahora está claro que la administración no financiará la prevención del VIH en los CDC en el futuro. También propone suprimir el alojamiento para las personas que viven con el VIH mediante la eliminación del programa HOPWA. Mientras que los documentos del presupuesto dejan 300 millones de dólares para el CDC para crear una nueva hepatitis viral, ITS y tuberculosis subvención en bloque para los estados, esto enmascara 77,3 millones de dólares en recortes de fondos, lo que resulta en una pérdida de capacidad para prevenir y responder a los brotes en todo el país. Se recortarían más de 70 millones de dólares del Programa Ryan White contra el VIH/SIDA, lo que probablemente eliminaría programas necesarios de odontología, formación y educación, servicios sanitarios fundamentales para las personas que viven con el VIH; la formación que amplía y mejora los conocimientos de los proveedores para tratar el VIH en todo el país, especialmente en las jurisdicciones rurales; y el fin de la investigación en programas basados en pruebas que mejoran la eficacia de los servicios de tratamiento y prevención del VIH.
Aunque la financiación de la iniciativa Ending the HIV Epidemic (EHE) del presidente Trump para 2019 parece permanecer intacta, este programa depende de la existencia de la infraestructura de prevención, atención y tratamiento del VIH que el presupuesto propone recortar. El presupuesto también trasladaría las actividades de EHE a AHA, socavando aún más este trabajo al interrumpir y desmantelar el personal experto y la infraestructura que ha supervisado la exitosa iniciativa durante los últimos seis años. Aunque la EHE ha reducido el número de nuevos casos de VIH y ha puesto en contacto a miles de personas seropositivas con una atención crítica, estos recortes borrarían estos logros y el progreso futuro será imposible sin los programas federales fundamentales contra el VIH que la solicitud presupuestaria propone eliminar y devastar.
La Administración ha propuesto los mayores recortes jamás realizados a los programas de VIH y, si se llevan a cabo, estos recortes y eliminaciones de programas perjudicarán a las personas que viven con el VIH, privándolas de salud y de la capacidad de llevar una vida larga y productiva cuidando de sus familias y comunidades. Estas propuestas también fomentarán un resurgimiento de la epidemia del VIHEl resultado será la muerte de miles de personas más, muchos más brotes de VIH y un aumento general del número de nuevos casos de VIH tras los últimos años de reducciones. Y sin unos sistemas adecuados de prevención, atención, tratamiento e investigación del VIH, los estados y las localidades se enfrentarán a una desastrosa combinación de mayores costes y tensión en el ya de por sí tenso sistema sanitario y más enfermedades y muertes en las comunidades de todo el país.
En este mes del Orgullo, las personas que viven con o son vulnerables al VIH, sus aliados y las comunidades hacen un llamamiento al Congreso para que rechace de plano esta propuesta cruel y costosa, manteniendo la financiación y la infraestructura existentes para programas eficaces contra el VIH. Durante más de 35 años, estos programas han producido resultados excepcionales al servicio de las comunidades rurales, urbanas y suburbanas de todo Estados Unidos. Ahora no es el momento de tirar por la borda tanto progreso y desperdiciar miles de millones de dólares de inversiones federales que han mostrado la innovación y el éxito de Estados Unidos. En lugar de ello, debemos redoblar nuestros esfuerzos para acabar de una vez por todas con la epidemia del VIH mediante las herramientas e intervenciones altamente eficaces de las que disponemos en la actualidad, así como las que aún están por llegar gracias a la investigación financiada por el gobierno.